Más sobre la sinestesia

Hoy hace exactamente un año que publiqué la entrada más visitada de este blog: la de «El sabor de la palabra dulce«. Así que he decidido publicar alguna otra curiosidad que he leído desde entonces sobre el asunto de la sinestesia.

En el breve documento «Sinestesia: La dulce melodía» (Carolina Pérez y Emilio Gómez), explican de una manera muy asequible qué es, qué tipos de sinestesia existen, algunas curiosidades y un par de hipótesis sobre a qué puede deberse el fenómeno.

Rescato esta particularidad: Supongamos que un sinestésico ve el número 3 de color rojo y el 5 de color verde. Si se encontrara con un dibujo como el siguiente:

Él podría ver dos imágenes alternativas, en dos colores distintos, en función de si conscientemente prestara atención al dibujo general que hacen (un cinco) o a cada uno de los elementos que lo conforman (treses). Es decir:

Un poco parecido al clásico de las dos caras y la copa, pero en versión sinestesia.

Esta característica le puede servir a un sinestésico, por ejemplo, para memorizar más fácilmente y de un golpe de vista determinadas cosas ya que, de algún modo, «ven» más y por lo tanto pueden relacionar mejor. Por ejemplo, ¿quién creéis que captará más fácilmente cuantos doses hay entre esos cincos en el dibujo de abajo? ¿Un no-sinestésico  (izquierda) o uno que sí lo es (derecha)?:

En algunos casos, pueden llegar a darse casos de mentes extraordinarias, como el de Daniel Tammet. Además de sinestésico, Tammet tiene «síndrome de asperger» y «síndrome del sabio». Aquí hay un documental sobre él, sencillamente espectacular (creo que en nivmar tiene mejor calidad, también está en youtube en 5 partes):

Por otra parte, hay que insistir en que estas supercapacidades no son necesariamente ventajas para la vida. Existe un caso muy documentado en el libro «La mente de un mnemonista» (está aquí completo, aunque en inglés) de Alexander Luriya. Cuenta el caso de Solomon Shereshevsky, un periodista que sufría una sinestesia extraordinariamente aguda y que le hacía sufrir hipermnsia, es decir, incapacidad para olvidar. Podía recordar conferencias enteras, poemas en otros idiomas, y fórmulas que no comprendía en tiempos récord a pesar de tener un nivel de inteligencia «normal». Cada estímulo que recibía le inundaba la cabeza de reacciones hasta el punto de que era incapaz de mantener una conversación mientras comía una manzana, o no reconocer a una persona que se había cambiado de ropa. Algo difícil de soportar.

No he podido comprobar si Borges conocía su caso cuando escribió «Funes, el memorioso«.

3 comentarios en “Más sobre la sinestesia

  1. Querido Luis (y Uxua)

    Acabo de leer tu entrada nada más llegar del trabajo, muerta de hambre ¡¡¡¡Y se me hacía la boca agua!!!! y a régimen que estoy!!!

    A veces, es duro el amargo don de la sinestesia…

    Lola

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